LOS PEREZ DE GUANTANAMO: Primera parte

Dibujo "La Ilustración de Madrid"
Cuando el teniente coronel de voluntarios guantanamero, Miguel Pérez y Céspedes, cayera muerto en la emboscada del general mambí Guillermón Moncada en la loma del Peladero en Sabana Bajo, localidad de Cajobobo, el periódico españolista "Juan Palomo" publicó la noticia:
 
"Se ha producido la muerte del Jefe de las Escuadras de Guantánamo, Don Miguel Pérez y Céspedes, que a sus setenta y un año de edad llevaba cincuenta y cuatro de numerosos servicios a España".

Sepa que no fue en un duelo ni nada por el estilo, esa ha sido otra de las fantasías patrioteras de los castristas, aunque significó el ascenso a teniente coronel para el entonces comandante Moncada, aunque fue cierto que ambos se habían retado previamente mediante mensajes colgados. Aún así, y para ser quien fue, era una nota bastante escueta la verdad. 

Ambas partidas, la de Moncada y la de Miguel, se encontraron al fin el 5 de mayo de 1871 en Yateras. Miguel Pérez, que en su escuadra incluía una pieza de artillería, atacó a los mambises y los hizo retroceder. Moncada aprovechó la noche para tomar mejores posiciones, y preparó un cerco del cual no pudo salir jamás su encarnizado enemigo. 

Al verse asediado el cuadrillero intentó romper la encerrona de madrugada, pero fue visto por los vigías mambises del capitán Mengana. Con una carga de machete. Moncada cayó sobre las fuerzas dirigidas por el anciano guerrillero. No les fue fácil, resultó un combate cuerpo a cuerpo de casi 5 horas de duración. Al final ningún miembro de la escuadra de Miguel Pérez quedó con vida, ni siquiera su inseparable perro ni el mulo que utilizaba en sus marchas. Luego Moncada le envió los grados militares al general Máximo Gómez como prueba; y este le premió con los suyos de teniente coronel.

Estamos hablando de un veterano teniente coronel al servicio de la corona española. ¿Cubano?; sí, ¿experto rancheador?, también, pero lo dio todo durante medio siglo y en una provincia caliente como estaba Oriente. En fin. Que su cuerpo fue sepultado en el panteón numero siete, el destinado a los servidores a la colonia en el cementerio de Guantánamo. (No queremos ni imaginar como estará ahora, si es que aun existe.).

Total que reconocer las cualidades del enemigo también honra. La biblia lo dice, "Orad por el que te persigue", y este señor habrá sido lo que fue, pero valiente, eso no lo puede negar nadie, la prueba es que a esa avanzada edad de 71 años, todavía seguía dando trotes detrás de los mambises. Pero aparte de esto, observe como se van entrelazando las historias.

Tuvo un hermano, Francisco Pérez Céspedes, que fue fusilado en la zona de "Vuelta Corta" por coronel mambí José Policarpo Pineda, alias Rustan, alias Polilla, en represalia por el asesinato del mambí Arturo Casimajan que, casualmente, su hermano Miguel había hecho prisionero en el combate de "El Vínculo". En su diario, José Martí anotó el día en que visitó este lugar como el uno de mayo de 1895 en dirección a "Dos Ríos".

Lo anotó a la llegada del cafetal "Kentucky" descrito por Martí como temporal campamento, aunque otros historiadores lo describen como cafetal "La Prudencia", propiedad del español Luciano García" y que fue un error del maestro producto del desconocimiento que tenía de aquella zona. Este error fue constatado con lo descrito por Máximo Gómez en su diario, y que en ese momento le acompañaba. 

Más allá de este error o no, observe como Martí describió esta ejecución y el símil que hizo con Jesucristo:

"...Salimos del campamento, de Vuelta Corta. Allí fue donde Policarpo Pineda, el Rustán, el Polilla, hizo abrir en pedazos a Francisco Pérez, el de las escuadras. Polilla un día fusiló a Jesús: llevaba al pecho un gran crucifijo, una bala le metió, todo un brazo de la cruz, en la carne: y a la cruz, luego, le descargó los cuatro tiros".

A mediados de abril, cuando Máximo Gómez y José Martí habían desembarcado por la playa de Cajobabo a bordo del vapor "Nordstrand" desde Montecristi, rondaban la zona de Vuelta Corta en el río Iguanabo, establecido campamento en la "Filipinas" y bajo el asedio del regimiento "Simancas" comandado por los coroneles Juan Copello y Joaquín Boch.

En cambio un sobrino de esos "malvados voluntarios" fue quien les salvó la vida en el combate de "Arroyo Hondo". Junto a las tropas del general José Maceo, el tambien general Agustín "Periquito" Pérez, un ex avezado rancheador y ex voluntario al servicio de la corona española, les despejó el camino en dirección a "Dos Ríos". 

Pedro Agustín "Periquito" Pérez sentado a la izquierda

El general Periquito Pérez, que llegó a ser jefe de la Comandancia Militar de voluntarios de la Palma, era hijo de don Eligio del Carmen y Pérez y de doña Lucía Pérez y Céspedes, hermana del finado teniente coronel Miguel Pérez y Céspedes. Por tanto el espía Santos Pérez antes mencionado, era su primo. Cosas de las familias que en ocasiones, y no pocas, suelen irse de control.

Esto, sumado a que una de esas acciones de espionaje de su primo, dio como resultado la muerte de su hermano, fue lo que marcó el camino independentista de Periquito. De hecho él mismo sufrió prisión en el Morro por este motivo, sin embargo el día de noche buena logró escaparse por una ventana y deslizándose por las rocas de la pared, consiguió llegar a la costa. Y es aquí donde viene lo bueno, se fue directo donde se encontraba la tropa de quien había sido ejecutor de su tío, el entonces brigadier Guillermón Moncada que al verlo lo nombró comandante.

No contaba entonces Periquito que aquella tropa se iría al garete con la paz del Zanjón, y una vez contactado de nuevo con su primo y futuro espía, y junto a su amigo y rico hacendado, Manuel Miyares, fue presentado a los generales españoles Camilo Polavieja del Castillo y Luis María de Pando, que le ofrecieron abandonar las armas bajo la promesa de no ser encarcelado ni deportado.

Su casa de Guantánamo convertida en museo

Aún así vuelve a caer preso en Laguna Abajo, durante la Guerra Chiquita, siendo otra vez perdonado en memoria a lo que fue su tía por el general Polavieja, aunque en esa ocasión la promesa fue otra, fusilado si volvía a intentar levantarse en armas. Desde el 1893 hasta que se produce el tercer levantamiento, Periquito se mantuvo sobreviviendo en los montes guantanameros. ¿Como?, asaltando caminos como hacían muchos. Esa era al menos, la acusación que pesaba en su contra.

Pensando probablemente en el peligro que significaba este individuo, el gobierno colonial de Guantánamo llegó a ofrecerle 20 mil pesos para que reiniciara su vida en paz en la finca familiar de Matajabo, y ante la negación contactaron entonces a dos primos suyos, Macelo y Cheché Pérez, para que lo asesinaran en plan sicarios. Una vez agarraron el dinero, otros 20 mil pesos, ambos primos se fueron con Periquito a lo más intricado de la zona de "La Piña". 

Es allí, cuando el 17 de febrero recibe la orden de alzamiento de parte de su antiguo jefe y ejecutor de su tío, el mayor general Guillermón Moncada. Una semana después, el 24 de febrero y en unión de su yerno José Francisco Pérez Pérez, su cuñado Francisco Castillo y otros familiares como Francisco José y Jesús Pérez Pérez, se reúnen en la finca Matabajo y juran hacerle la guerra a muerte a la colonia Española. ¡Y vaya si lo cumplió!.

INVASIÓN AMERICANA 
 
El papel que jugó Pedro Agustín "Periquito" Pérez, que llegó a convertirse en mayor general del ejercito libertador, resultó más importante de lo que muchos podríamos imaginar. Al producirse el 25 de julio de 1898 el desembarco de los marines al mando del coronel W. Ray, dando muestras de una extraordinaria coordinación táctica de una zona que conocía a la perfección, Periquito Pérez desalojó a las tropas españolas al este de la bahía de Guantánamo, enclave vital para el suministro de alimentos, carbón y municiones de esta flota interventora.

De hecho fue invitado de honor a bordo del crucero “Marble Head”, donde los oficiales de la marina americana mostraron su gratitud al ejercito mambí. Todos estos pasajes fueron contados por el mismo en un artículo aparecido con el nombre de "Mi recuerdo", en el folleto Datos para la Historia Guantánamo publicado en 1901. 

Los guerrilleros o voluntarios, mirados con recelo por unos y despreciados y odiados por otros, tenían una idea fija de que Cuba tenía que ser Española. Si no como se entiende que 4.219, de ellos 1480 cubanos, entregaran su vida por esa causa, y eso solo durante la ultima guerra, mientras que otros 2.543 resultaron heridos. Lo triste de todo es que muchos de ellos fueron muy mal recibidos en España, y se tuvieron que regresar a Cuba donde tuvieron un mejor trato. Eran momentos de restañar heridas, no de efectuar venganzas.

Maldita Hemeroteca.
Fin de la primera parte.

Fuente: 
--Cuaderno de Historia de Salud Pública n.95 Ciudad de la Habana. Enero de 2004
--Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos. Jose Martí.
--Diario de Máximo Gómez.
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