NAZARET: La ex alcaldesa rebelde

Nazaret "reportando" desde sus predios 

Cáceres es una ciudad municipio perteneciente a la comunidad autónoma de Extremadura, al oeste de España, y allí hay un poblado llamado Torre de Don Miguel, en la sierra de Gata, de apenas 500 habitantes poco más o menos.

Pues la que fungía como alcaldesa de este pequeño pueblo, Nazaret Martín Calvo, es una abogada youtuber bastante conocida que cuenta con más de 300 mil suscritores en su canal de Youtube. Es una especie de agro influencer que en su canal va mostrando facetas de su vida diaria en el campo, su trabajo con los animales y sembrados que atiende en conjunto con sus padres. Es joven, incluso luce más en los vídeos, pero lo que más le honraba es que por su trabajo en el consistorio no cobraba ni un duro.

Sin embargo, el Comité Ejecutivo Provincial de su partido, Somos Cáceres, decidió recientemente expulsarla alegando que había «incumplido reiteradamente los estatutos» del partido, además de acusarla de romper las relaciones "internas" con el resto de los integrantes de la organización. En las ultimas elecciones al parlamento europeo, el PSOE, (Partido Socialista) fue el más votado con 80 votos, un porcentaje del 47,33% de los votos escrutados, y donde un total de 174, casi el 60%, fueron abstenciones. Su agrupación política, Somos Cáceres no alcanzó ni uno, como si fuera poco.

El problema aquí es que Nazaret cuenta con un arma muy poderosa que son la redes sociales, donde les llega a miles de seguidores y no tan seguidores, como los ediles del Partido Popular y Socialistas que tiene en contra y que ya la han expulsado. Los influencers son personajes del mundo digital que cuentan una gran capacidad para divulgar información y condicionar valores y comportamientos, gracias al control casi absoluto que tienen de las esferas digitales, pero la política es otra cosa.

Recientemente - ella misma lo explica en uno de sus vídeos - recibió una misiva "invitándole prácticamente" que abandonara su actividad en estas plataformas. Al parecer se había quejado del trato que había recibido en un centro de salud donde asistió de urgencias, y del que denunció: "me atendieron en la calle y me enviaron a una farmacia sin explorarme siquiera". Se deduce que los servicios sanitarios de su localidad anda medio colapsados, pero aún así Nazaret sintió la necesidad de hacer pública su denuncia por la cual le han mostrado otra "tarjeta amarilla".

Un fragmento de esta carta decía:

«Por ello, le recordamos que cualquier queja o malestar que usted pueda tener como usuario tiene sus adecuadas formas de expresión y manifestación, las cuales son oportunamente atendidas y respondidas a quien las formula por parte de la atención sanitaria». Huelgan los comentarios.

Y fíjese que no conocemos de nada a Nazaret, aunque nos gustaría, incluso desconocemos si es cierto o no lo que pasó allí en su ayuntamiento y su partido, pero como quiera que sea me "huele a quemado". Lo que sí puedo decir es que como piensa Nazaret pensamos muchos. Tampoco conocemos su ideología política ni nos interesa, pero si tenemos la capacidad para entender que los problemas que le afectan a ella son los mismos que al campo, y que visto lo visto no constituyen preocupación alguna para esta clase de política que no es que hayamos elegimos, si no que más bien padecemos.

En España hay casi dos mil quinientos alcaldes que no cobran un sueldo fijo, también depende de la población si es menor de 500 habitantes, digamos no son exclusivos, pero aun así no deja de mostrar preocupación y dedicación por sus paisanos aunque sea a su manera. Sepa, además, que según el portal de transparencia, un alcalde en este país recibe un salario de entre 80 y 60 mil euros al año, más de 6 mil euros mensuales, cinco veces más que un obrero, y que en este caso lo pagamos todos en este país con nuestros impuestos.

De manera que, independiente de lo que haya pasado entre ella y su agrupación, a la vista está que no son días muy buenos para gente "políticamente incorrecta". Y sin poner lo sucedido a Nazaret como estandarte, más bien como un ejemplo, la tiranía de lo políticamente correcto ha llegado a España para quedarse, o imponerse más bien. Los políticos, que en teoría están para servirnos, en realidad no nos sirven de nada.

Puede que la sinceridad y la autenticidad que ella muestra en sus vídeos, que supongo haya sido la misma que en la alcaldía que no es ni remotamente el prado donde pastan sus ovejas, le haya jugado una mala pasada. Hoy, todo lo que decimos y hacemos es pasado por un filtro, en dependencia al alcance que tenga el protagonista que como repetimos, se trata de una popular granjera de verbo claro, diáfano y a la vez esperanzador.

Sin ser este el motivo de su molestia y posterior expulsión, para nadie es un secreto el nivel de desamparo y abandono en que se encuentra la ganadería en España, y que ha motivado que numerosas familias rurales tengan que cerrar y abandonar sus labores en los campos. Es un problemón lo del campo en España sinceramente, de hecho solo en Cantabria han cerrado el 90% de las explotaciones en los últimos 20 años. Regiones como Asturias, o la zona del Pirineo por ejemplo, los ganaderos sufren además el embate del lobo ibérico, otro tema que se las trae en este país con los animalistas.

No solo es el ganado, la desaparición de la tierra cultivable puede que sea un problema mucho más grave todavía. Y mientras la izquierda condena a la derecha - que es la única que denuncia esta situación la verdad - de acapara el malestar del campo con intenciones políticas, ellos, aún estando en el gobierno, no hacen absolutamente nada para remediarlo. Mucha manifestación y mucho jolgorio, que en eso sí son especialistas, pero al final el drama del campo, dicho en términos beisboleros, pica y se extiende.

Maldita Hemeroteca 
 

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