Mambí Armando André, y la génesis del terrorismo en Cuba.

Comandante Armando André Alvarado, considerado como el primer terrorista mambí.

El terrorismo se practicó en Cuba desde el siglo XIX, y uno de los casos más famosos que se recuerda fue la preparación de un atentado contra el capitan general de la isla, general Valeriano Weyler. El 28 de abril de 1896, alentado por el lugar teniente general Antonio Maceo, el recluta y aspirante a mambí, Armando André Alvarado, intentó volar el palacio de los capitanes generales situado entre las calles "Obispo" y "Mercaderes", en pleno corazón de la Habana.

En su condición de ciudadano americano, (André había nacido en Cayo Hueso) y a solicitud del presidente del partido revolucionario Cubano, don Tomás Estrada Palma, André se ofreció de correo entre Palma y el Generalísimo Máximo Gómez, comandante en jefe de las tropas insurrectas en territorio Cubano. Entre esos documentos que llevó a Cuba, estaba la proposición del doctor cubano radicado en Tampa, Lorenzo Montero, de colocar varias bombas en la capital cubana.

Su primer contacto con el general Gómez en el campamento "El Galeón", fue inolvidable para André. Fue tan traumático, que ya en la republica decidió escribir un libro para que las nuevas generaciones supieran quien era Gómez en realidad. Una vez se entrevistó con Maceo, este lo envió al campamento del generalísimo y, según lo asegura André en su libro "Explosiones en la Habana 1896", este le rechazó de plano por el simple hecho de ser habanero. 

No solo eso, lo ofendió bastante con una serie de improperios que no venían ni al caso, según este documento de donde obtuvimos los datos para este post. De regreso con Maceo, al cual salió en su búsqueda solo y a pie, ya que Gómez lo expulsó del campamento, lo encontró en el campamento "Saratoga", cerca del ingenio "Triunvirato", en la provincia de Matanzas.  Maceo, luego de restarle importancia el áspero genio de Gómez, le incorporó, e incluso pudo recibir su bautismo en el combate del ingenio "La Diana".

Fue allí donde puso al día al general Maceo sobre aquel mortífero plan ideado en Tampa por el doctor Lorenzo Montero, mostrándole su carta. A Maceo le gustó la idea, pues pensó que si la Habana se sumía en el caos de aquellas bombas le sería más fácil tomarla. Luego de recibir una recomendación firmadas por el propio lugar teniente general, André se regresó a Estados Unidos a recabar el dinero necesario para acometer el plan.

A la habana retornó el 26 de febrero del 1897 en el vapor "Mascotte", con el falso nombre de Federico León. Llevaba consigo 200 pesos en oro que le entregaron en la ciudad de Tampa, el propio Estrada Palma y Fernando Figueredo. Por otro lado la dinamita la había proporcionado el masón José Dolores Poyo Estenoz, uno de los fundadores del partido revolucionario junto a José Martí, presidente del Club revolucionario "Luz de Yara" e integrante de los clubes revolucionarios "Cayo Hueso" y "Serafín Sánchez".

Ya en la capital, André residió en casa de su madre en la Calle Lagunas, No 93, y en unión del boticario Julián Valdés y Ceferino Vega, un anarquista español que apodaban "El Asturiano", intentaron sin éxito ajusticiar al general Weyler y a todo el que por allí anduviera cerca de ser posible. 

Primero intentaron comprar la fonda "El Correo", ya que se encontraba muy próxima al objetivo. Desde allí, y a través de la cañería del desagüe, accederían a los sótanos del palacio y colocarían las dos bombas de 100 libras de dinamita cada una. Sin embargo, el precio del establecimiento ascendía a casi 3000 pesos, resultándole imposible adquirirlo.

La bomba, que fue confeccionada en una casa vacía en la calle "San Nicolás", No 147, fue introducida el 28 de abril de 1896, por la misma puerta del Palacio en una caja de mercancías. Una vez dentro, fue colocada en los inodoros que estaban justo debajo del despacho de Weyler, información que obtuvo a través de empleado de palacio haciéndose pasar por periodista.

Frente al colegio de Abogados escuchó el detonar de la bomba, aunque sin saber que el objetivo no se había cumplido, más allá del estupor que generó semejante noticia. La explosión solo ocasionó dos heridos leves, la destrucción de los baños y el derrumbe de par de tabiques, e incluso Weyler, que se encontraba en su despacho en ese momento, apenas se estremeció. El edificio estaba fabricado a conciencia.

No obstante el 13 de junio de ese mismo año, lo intentaron de nuevo con dos bombas más fabricadas por el extremista de izquierda "El Asturiano". Una la colocaron en el Puente "Concha" y la otra en el "Cristina", ambos en Guanabacoa, por donde cruzaba la cañería del agua del acueducto de la Habana.

Esa vez la dinamita no fue suficiente y no causó el daño requerido, pues la mampostería que cubría las tuberías soportó la deflagración. En otra intentona, - el 28 de junio - se confeccionó una bomba con 20 libras de dinamita entre el Asturiano y Ramón Pinillos, un chapista que había sido ex empleado de la fábrica de gas. Fue colocada en una cañería muy cerca de la fábrica.

De nuevo la frustración. Esa vez las mechas que debían encender no ardieron o se apagaron a medio camino. Regresaron al lugar y, una vez creyeron haber resuelto lo de las mechas, en una segunda intentona tampoco encendieron, pues la dinamita que las cubría no servía. Habían comprobado que las mechas funcionaron bien, los detonadores igual, sin embargo la pólvora no, con lo cual terminaron por desistir definitivamente de los planes dinamiteros.

Entregado todo el inventario por orden de la junta, André decidió unirse a los mambises. A punto de ser capturado, se dirigió en coche de caballos en dirección a la sierra para encontrarse más tarde con el coronel Juan Evangelista Delgado, que se encontraba acampado por una zona intrincada de Bejucal, su pueblo natal. 

Este coronel fue quien intentó rescatar el cadáver de Antonio Maceo y su ayudante Francisco Gómez Toro, cuando ambos cayeron en San Pedro el 7 de diciembre de 1896. Todo el informe de lo ocurrido en los atentados de la Habana, fue convenientemente guardado por el mayor general de división catalán José Miró Argenter, historiador por excelencia, responsable de los archivos, y secretario de la Junta Liquidadora del Ejército Libertador. 

Irónicamente André cayó cosido a balazos por otro terrorista en la Cuba republicana. Con el brigadier mambí Gerardo Machado en el poder, se pasó de críticas al gobierno desde la tribuna de su periódico y, el 25 de agosto de 1925, le enviaron un sicario que acertó de plano. Para entonces ya era un destacado periodista en el rotativo "El Día", y comandante retirado del ejercito libertador.

Aquí...

El RELATO sobre aqul encuentro que tuvieron el entonces recluta Armando Andre y el general Máximo Gómez. 

Maldita Hemeroteca 

Fuente: Comandante Armando André. "Explosiones, en la Ciudad de la Habana 1896".
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