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No se observan muy preocupados estos jóvenes Cubanos |
En el mes de abril del 2022, el cubano Yoandi Montiel Hernández, mejor conocido como ‘El Gato de Cuba’, recibió una sentencia de dos años de privación de la libertad por burlarse del "presidente" cubano Miguel Díaz-Canel.
Luego, en agosto de ese mismo año otro cubano, el informático y músico tunero, Yerly Luis Velázquez Morales, fue puesto en libertad con una fianza de 5 mil pesos tras ser condenado a seis meses de trabajo correccional con internamiento, por el "mismo delito", aunque meses antes ya había sido amenazado por agentes de la policía política castrista con aplicarle el Decreto Ley 370, conocido como "Ley Mordaza", como castigo por sus comentarios y expresiones contra "lideres de la revolución".
Y en mayo de este mismo año supimos la sentencia de cuatro años y medio de prisión que recibió el ciudadano Jorge Luis Boada Valdés, por haber pintado "Díaz-Canel, singao" - frase muy conocida entre los cubanos - en un muro del barrio habanero de Lawton. Y fue afortunado, porque la fiscalía de ese régimen le pedía la increíble cantidad de 15 largos años de privación de libertad. En fin, que podríamos estar aquí contando decenas de casos que lo único que han hecho es expresar su libre expresión e inconformidad con lo que está sucediendo en el país, aunque haya sido de diversas maneras.
Y si esas críticas han sido en las redes sociales o pintadas en un muro de la ciudad, ha sido por la imposibilidad que han tenido de contar con un medio periodístico de oposición donde hacerlo, y donde seguramente no hubiera hecho falta ser tan incisivo e hiriente en epítetos hacia este "presidente" que, dicho sea de paso no ha sido electo por nadie más que por ellos mismos.
Alegar que una crítica de este tipo crea un ambiente de "desestabilización del orden interno y la seguridad del país", no hace otra cosa que demostrar la debilidad política del mismo régimen. Y digo esto porque una de las armas con la que contó Fidel Castro para lograr el triunfo fue esta precisamente, la crítica política que se hacía en los distintos medios y que un dictador como Fulgencio Batista y Zaldívar - a diferencia de ellos - sí permitía en el país.
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Fulgencio Batista |
Como hizo en La Charanga o Fray Junípero en contra la reina María Cristina de Borbón. Esta crítica tomó impulso definitivamente a partir de la revolución española de 1868. Fue en esa época que surgió el caricaturista vasco Víctor Patricio de Landaluze, considerado uno de los padres de la caricatura en Cuba.
Dicen que José Martí dijo que el humor es un látigo con cascabeles en las puntas, pues la prensa Española lo que hizo fue eso, flagelar a los líderes independentistas con su más ácida crítica. De hecho pusieron "a caldo" a Carlos Manuel de Céspedes llamándolo inmoral y bígamo, así como "sultán de Bayamo" por su conocido nepotismo y caudillismo que provocó la ira, incluso, de los independentistas camagüeyanos.
Luego, en la república, otro caricaturista como Jesús Castellanos criticó apasionadamente al gobernador Wood en 1901, lo hizo en un medio como "La Discusión", mientras que por otro lado su colega Ricardo de la Torriente se hacía célebre por su personaje de Liborio, creado en 1904. En representación del pueblo Cubano, este aparente ignorante guajiro denunciaba los chanchullos políticos e incluso, en 1906 se dio el lujo de preguntarle al mismísimo gobernador norteamericano Charles Magoon...
¿Mr Maggon, cuando piensa usted dirse?.
Ni personalidades como los presidentes Zayas, ni Mario García Menocal, ni generales o coroneles como Enrique Loynaz del Castillo y Orestes Ferrara, o magistrados y filósofos como González Lanuza y Enrique J. Varona, entre muchos otros, escaparon a su pluma.
Podría decirse que Ricardo de la Torriente fue la contra partida política del vasco Landaluce, ese bestial dibujante que defendía los intereses de la colonia y criticaba muy duramente el independentismo cubano. Landaluce había llegado en el 1850 a Cuba como ayudante del general Lersundi, designado entonces nuevo Gobernador de la isla, y desarrolló una carrera paralela como dibujante satírico. Se casó en 1874 con la cubana Rita Planas, se afincó en la localidad de Guanabacoa y ascendió como militar hasta alcanzar el grado de coronel de milicias de infantería. Murió de tuberculosis en junio de 1899.
Y sí, puede que Landaluce fuera un dibujante técnicamente superior al cubano Ricardo Torriente, pero lo que queremos decir con todo esto es que desde entonces la caricatura política - como crítica hacia a sus gobernantes - era una realidad en la isla y no pasaba nada, o casi nada. Cuantas veces satirizó a los presidentes Cubanos el dibujante matancero Conrado Walterio Massaguer en su revista "El Grafico", o en "Carteles", donde se cebó en contra del presidente Gerardo Machado.
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Walter Massaguer |
En cambio, en 1944 fue condecorado con la Orden Nacional Carlos Manuel de Céspedes en el grado de Caballero y la Orden Finlay. Además, en 1952 fue director de relaciones públicas del instituto Cubano de turismo.
Sin ir tan lejos, ahí tiene el caso del caricaturista René de la Nuez Robayna, natural de San Antonio de los Baños, el creador del personaje "El Loquito" y con el que se dio el lujo de burlar las censuras temporales que imponía el régimen de Batista en sus últimos meses. ¿Alguna vez escuchó usted decir que fuera condenado por sus críticas?. Por su puesto que no.
Es más, desde un supuesto reaccionario "Don Cizaño", lo que hacía era ponderar a los "barbudos" de la sierra. Luego, durante el éxodo del Mariel en 1980, se cansó de ridiculizar a todos aquellos Cubanos que decidían romper con el régimen, a la vez que exhortaba a los mítines de repudio donde las hordas Fidelistas golpeaban y se vejaban a "trocho y moche". Eso sí que se lo permitía el régimen.
Hoy, lamentablemente, vemos como esa misma dictadura se da el lujo de condenar con duras penas de cárcel por ejercer ese mismo derecho, y sin contar siquiera esos condenados con un medio autorizado para hacerlo. Por esta razón es que coincidimos con aquellos que aseguran que en Cuba, incluso en tiempos de la colonia Española, no hubo un régimen tan censurador, violador y represivo como este que aún perdura.
Jorge García
Maldita Hemeroteca.
Nota al Margen:
En muchas ocasiones se representaba a Fulgencio Batista con los labios acentuados y de color rojo, como se puede ver en esa imagen, lo que indicaba que además de caricaturizarlo políticamente hacían énfasis en sus rasgos "no blancos", para llamarlo de alguna manera, agregando una condena adicional de corte racista por el color de su piel.