Beba Loynaz, poeta y sicaria del ABC

Machado al centro y Vázquez Bello circulado en rojo

Corría el año 1924 y Cuba se preparaba para celebrar elecciones presidenciales, cargo que ocupaba en ese momento el doctor Alfredo Zayas y Alfonso. 

El general del ejército libertador y político conservador, Mario García Menocal, era uno de los candidatos, el otro, de tendencia liberal, era médico y coronel del mismo ejército, Carlos Mendieta, mientras que un tercero, general y liberal también, Gerardo Machado y Morales, se perfilaba como el de más posibilidades de los tres.

Se trataba de una lucha fratricida "entre ex militares mambises". Sin embargo Machado contaba con un tipo muy sagaz políticamente hablando, el señor Clemente Vázquez Bello, que a la postre fue considerado el artífice de su victoria por barrida en esas elecciones. El general Machado ganó en 5 de las 6 provincias de entonces, y como era típico en los cubanos de aquellos años se fueron a la brava por medio de la sublevación, y aun peor, por medio del terrorismo. Desde entonces Machado tenía dictada su pena de muerte. 


De modo que al mediodía del martes 27 de septiembre de 1932, el presidente del senado, Clemente Vázquez Bello, salía del exclusivo "Habana Yacht Club" en dirección a su residencia “El Bohío”, en el reparto "Country Club Park". Lo hacía en el asiento trasero de su auto Lincoln, que era conducido por su chófer Julio Suárez, mientras que a su lado viajaba un policía de apellido Inerarity, en ese momento en funciones de guardia personal. 

El vehículo tomó la avenida Gran Boulevard (actual 146) en dirección a 25, y al rebasar el puente sobre el río "Quibú", que en aquel entonces era de hierro, un auto apostado previamente en la entrada de la calle 17 (al costado del Palacio de las Convenciones) con 5 integrantes del comando terrorista A.B.C. y armados con escopetas recortadas, tirotearon el auto por la parte trasera a la altura de las calles 146 y 19.

Vázquez Bello quedó arrodillado y su cabeza recostada contra el espaldar del asiento delantero. Había recibido no menos de diez balazos, algunos en la nuca que le provocaron una muerte casi instantánea. El chofer Suárez fue herido levemente, pero recuperó el control y arrancó rápidamente en dirección al Hospital Militar de Marianao, donde Vázquez Bello fue declarado muerto nada mas llegar.

Ejemplar del periódico "El Sol" detallando la noticia 

El policía y escolta Inerarity, que se había tirado del auto y logró disparar las ocho balas de su arma contra los atacantes, consiguió escapar ileso. La primera parte del plan de los "abecedarios" se había cumplido. Pero esto no era todo, aquellos terroristas se guardaban no digamos lo mejor, sino lo peor para los finales.

Vázquez Bello no solo había sido cerebro de la elección y un hombre de gran influencia política en el gobierno, sino amigo íntimo del presidente que se suponía asistiría en persona al sepelio, junto a varias de las más altas figuras del gabinete. El entierro se llevaría a cabo en el panteón de la familia Truffin en el Cementerio de Colón de la Habana, una oportunidad de oro para que aquellos terroristas consumaran su sangriento plan.

El A.B.C. fue una facción terrorista fundada en Cuba en 1931, que se posicionó diametralmente en contra de Machado. En sus filas militaban figuras como el periodista Jorge Manach, quien fuera después ministro de Fulgencio Batista y autor de la biografía de José Martí, el economista Joaquín Martínez Sáenz, el músico Amadeo Roldán, Juan A. Lliteras, Ramón O. Hermida, el politico Carlos Saladrigas e incluso los ex generales mambises José Martí Zayas-Bazán, hijo del Apóstol, y Manuel Piedra Martell entre otros. 

Además se nutría con estudiantes del directorio estudiantil universitario con Eduardo Chibás, después ortodoxo, al frente. A uno de los brazos armados de este movimiento pertenecía Flor, alias Bebita, sicaria y hermana de la insigne poetisa Dulce María Loynaz y participante en el atentado a Vázquez Bello. Fue ella quien conducía el auto FIAT de donde salieron algunos de los disparos efectuados en el puente de "El Laguito". 

Aunque no se sabe a ciencia cierta si ella disparó, al menos en su auto quedaron las huellas de la respuesta de la escolta como prueba irrefutable, como se aprecia en la foto. Ese FIAT, del año 1930, pertenecía al padre de las Loynaz, el general dominicano, pero jamás fue encontrado por la policía ya que lo escondieron bajo un cobertizo en el techo de la mansión fabricado con ese propósito, para que se viera desde fuera. 

La segunda parte de este plan no se cumplió de puro milagro.

Con el fin de llevar a cabo el atentado en el cementerio, habían excavado un túnel que iba directo hasta el panteón donde sería enterrado Vásquez Bello en la necrópolis de Colón y, una vez en la parte de abajo de la cripta, colocaron una fuerte carga explosiva que harían estallar en el momento en que Machado asistiera al entierro junto con sus familiares y acompañantes.

Impactos de bala. Hoy este FIAT, propiedad de Flor, se encuentra en un museo

Fue cargado con 259 libras de dinamita (120 kilos) colocada en 134 cartuchos de “cheddite”, un explosivo de alto poder que sería accionado por un cable a más de 700 metros de distancia y que gracias a dios no llegó a detonar. Milagrosamente la señora Regina Truffin, (la dueña de los terrenos donde se edificó el cabaret Tropicana) estaba en los Estados Unidos en proceso de divorcio, y se decide en el último momento enterrar a Vázquez Bello en su natal Santa Clara, cumpliendo así con la voluntad del difunto. 

Aquel artefacto dinamitero se conoció después como la "Bomba Sorbetera", ya que utilizaron los recipientes de las sorbeteras automáticas de helado para colocarlas. Poco después de que fuera alertada la policía, los explosivos fueron descubiertos y desactivados. Aquella deflagración no solo hubiera costado muchas vidas, si no que hubiera destruido también una gran parte del valioso patrimonio de esa necrópolis. Al siguiente día Machado pasó a cumplir su promesa. Aquella venganza sería el comienzo del fin. 

Los primeros en pagar con sus vidas fueron los hermanos y representantes Gonzalo Freyre de Andrade, el abogado Guillermo Freyre de Andrade y Leopoldo Freyre de Andrade, ingeniero azucarero que estuvo opuesto a los planes de Machado para la economía azucarera, mientras que el representante Miguel Ángel Aguiar, quien había participado en una fallida revuelta en agosto de 1931, logró sobrevivir a cuatro balazos.

La crisis y la violencia imperante terminó derrocando a Machado en agosto de 1933. Marchó hacia las islas Bahamas y luego a la Florida. Fue el último de los militares del ejército libertador que posaron sus glúteos en la poltrona presidencial. A partir de aquí, fueron otros los protagonistas. Eso sí, antes de marchar el carnicero de Camajuaní - su profesión - pronunció una proféticas palabras que aún hoy se siguen cumpliendo: "Después de mi el caos". 

Ni Nostradamus lo hubiera dicho mejor. Fíjese si fue así, que lo que vino después fue - salvo algunas excepciones - robo, latrocinio, bandidaje, asesinato, mafia, un golpe de estado y como si fuera poco, 65 años de un represivo y brutal comunismo. Su sustituto interino fue uno que, como la pasó a su padre en octubre del 1873, salió de la cámara como "bola por tronera", el Dr Carlos Manuel de Céspedes y Quesada.

Hoy el cadáver de Machado y de su difunta esposa Elvira, descansan en el Cementerio Norte del Parque Woodlawn, en la ciudad de Miami. Con los años el ABC, que aun siendo terrorista y que su agente en París era nada menos que el aparentemente buena gente Alejito Carpentier, transitó hacia una asociación cívica y, por último, en un partido político. En ese proceso dejó a un lado la lucha armada, asumió posiciones pacifistas y civilistas y se integró al tejido democrático del país.

La casona de Flor en la Lisa. En esta casa se filmó la película los Sobrevivientes.  

Al menos tres de los cuatro hermanos Loynaz no estaban muy bien mentalmente que digamos. Por ejemplo Flor, que se llamó así porque su padre le puso el nombre de su amigo, y también general, Flor Crombet, vivió sola, cautiva en su propio mundo. Muy descuidada y mal alimentada en su casona "Santa Bárbara" en la Coronela, barrio de la Lisa, al oeste de la Habana. Por otro lado sus otros dos hermanos, Enrique y Carlos Manuel, el primero dormía con una calavera en la cama, mientras que el otro se paseaba por el jardín de la casa vestido de cura. 

De hecho tenemos entendido que nunca fueron a una escuela, su enseñanza fue a través de maestros contratados que le impartían las clases en su propia casa y que no por eso fue de primer nivel. En su visita a la casa, al escritor Juan Ramón Jiménez le quedó claro que Carlos Manuel no estaba en sus cabales. Y tanto, que Lorca le regaló su manuscrito "El Publico", y este le dio candela junto con toda su obra. No por gusto tuvo que ser tratado psiquiátricamente en varias ocasiones.

El colmo de la desfachatez de Flor lo narró el escritor Luis García de la Torre en su libro "La familia Loynaz", publicado en el 2017, donde cuenta que él, personalmente, le presentó a Flor una nieta de Clemente Vázquez Bello y que esta, luego de mirarla, simplemente le dijo: “¿Tú conoces la historia muchacha?. Hija eso fue hace tanto tiempo. ¿Tú no me tendrás rencor verdad?”. Flor murió un 22 de junio de 1985.

Cuando el poeta andaluz Federico García Lorca visitó Cuba, congenió muy bien con Flor, no así con Dulce María. Tanto que el poeta le regaló el borrador de su obra "Yerma", que luego Flor vendió a la pintora y presidente del consejo nacional del fondo de bienes culturales, Marta Arjona Pérez. ¿Dónde está esa copia?: un, dos tres, adivine usted. Probablemente en el mismo lugar donde "está guardado" el diamante original del capitolio.

Maldita Hemeroteca 
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