RESUMEN DE LAS HERIDAS RECIBIDAS EN COMBATE Y EN UN ATENTADO DEL LUGAR TENIENTE GENERAL ANTONIO MACEO Y GRAJALES
Lugar de la herida y acción combativa1/16 / 2 /1869
En el muslo izquierdoCombate de Michoacán2/20 / 5 /1869
En el muslo derecho
Ataque y asalto a Ingenio Armonía3/ 2 / 7 /1870
Región costado derecho
Combate de Majaguabo Arriba4/25 / 7 /1870
Costado izquierdo del vientre
Ataque a San Rafael de Nuevitas5/2 / 10 /1870
En el hipocondrio izquierdo
Combate de Majaguabo Arriba6/12 / 12 /1870
En el vientre Ataque al campamento Nuevo
Mundo7/16 / 1 /1872
En el pecho Combate en La Matilde8/16 / 1 /1872
En el pecho Combate en La Matilde9/24 / 1 /1872
brazo derecho
Ataque y toma de Tiguabos10/ 2 / 11 /1872
brazo izquierdo
Combate en el Ingenio Santa Fe11/ 15 / 3 /1874En el hombro derecho
Batalla de Las Guásimas
12/ 6 / 8 /1877
En el pecho
Combate de Mangos de Mejías13/ 6 / 8 /1877
En el pecho
Combate de Mangos de Mejías14/6 / 8 /1877
En el pecho
Combate de Mangos de Mejías15/6 / 8 /1877
En el pecho
Combate de Mangos de Mejías16/6 / 8 /1877
En el pecho
Combate de Mangos de Mejías17/6 / 8 /1877
En la mano derecha
Combate de Mangos de Mejías18/6 / 8 /1877
En la mano derecha
Combate de Mangos de Mejías19/6 / 8 /1877
En la mano derecha
Combate de Mangos de Mejías20/4 / 2 / 1878
En el brazo derecho
Combate de la Llanada de Juan
Criollo21/9 / 2 /1878
En el costado derecho
Combate de Vereda La Juba22/ 10/ 11 /1894
En el vientre
Atentado con cuchillo en San José de Costa Rica23/ 7 / 2 /1896
En la pierna derecha
Combate de Río Hondo24/23 / 6 /1896
En la pierna izquierda, encima del tobillo
Combate en Loma de Tapia
25/7 / 12 /1896
Maxilar superior (Herida Mortal)Combate de San Pedro y 26/ Segunda herida en el Hipocondrio derecho .
Solo en uno de sus tantos combates - Mangos de Mejías - Maceo recibió ocho impactos de bala. Cinco le perforaron el pecho. Otros tres le alcanzaron la mano derecha, la del revólver y el machete. Sobre este hecho Gómez anotó angustiosamente en su Diario de Campaña:
“Acontecimiento es éste que me pone en situación más apurada, pues no hay un jefe idóneo a quien pueda encargar el del destino que deja Maceo; mientras tanto los españoles activan las operaciones».
Atento a los pronósticos, el médico Eusebio Hernández no dudó en escribirle:
«Dile a mi amigo Maceo que me diga todo lo que quiera que haga por él, que ¡ojalá! un poco de mi sangre pudiera servirle de bálsamo prodigioso!”.
Además de Eusebio Hernández Pérez, que era el doctor de la familia Maceo, le asistió el doctor puertorriqueño Guillermo Fernández Mascaró, quien lo atendió por presentar trastornos digestivos, y el villareño Hugo Roberts Fernández, que le cuidó durante un tiempo más prolongado y el habanero Máximo Zertucha Ojeda, el último médico que lo asistió y estuvo en su caída en Punta Brava.
Al decir
del galeno:
(“…) Lo encontré sin conocimiento; un arroyo de sangre negra salía por una
herida que tenía al lado derecho de la mandíbula inferior, a dos centímetros de la sínfisis
mentoniana. Introduje el dedo en su boca y encontré que estaba fracturada la
mandíbula.
A los dos minutos a lo más tarde de ser herido, murió en mis brazos y con él
cayó para siempre la bandera”. El proyectil había penetrado por el lado derecho de la cara, seccionando la carótida y saliendo por la parte izquierda del cuello. Es justo acotar
que si se realiza un análisis científico del diagnóstico, era imposible, en esas condiciones
de campaña, salvar a un paciente con una lesión de la arteria carótida interna.
El atentado en Costa Rica:
Durante la estancia en Costa Rica, Maceo fue víctima de un atentado, el 10 de noviembre
de 1894, a la salida del Teatro Variedades, donde sufrió una herida por arma de fuego.
Inicialmente el Titán no comentó sobre el hecho y cuando el inspector de policía trató de
conducirlo, entonces solicitó un médico. Al preguntarle sus compañeros por qué no lo
había dicho, expresó:
“La verdad es que tenía veintiuna heridas en el cuerpo, ¿por qué
me habría de apurar por la vigésimo segunda, que además no me parecía grave?.
El doctor Juan José Ulloa Giralt, médico de
profesión, fue quien le brindó los primeros auxilios y los acompañó hasta la residencia, pero el
general Antonio le consultó su deseo de llamar a su íntimo amigo, el doctor colombiano
Eduardo Uribe Restrepo, a lo que Ulloa Giralt accedió con mucho gusto.