En la habana de principios de siglo se dio un escándalo amoroso, bueno más bien de infidelidad, que aun hoy seguimos recordando. En efecto, el de la señora Catalina Lasa Noriega, casada con el señor Pedro Estévez Abreu, el hijo de la benefactora por excelencia de Cuba, doña Marta Abreu, y que le fue infiel con otro Pedro, pero apellidado Baró. De hecho este escándalo dio como resultado que el entonces presidente de la republica, mayor general Mario García Menocal y Deop, muy amigo de esta señora, autorizara los divorcios en Cuba.
Pues bien, a finales del mismo año de 1906 don Pedro Estévez y Abreu, ya separado de Catalina y residiendo en París, Francia, vendió la casona de su madre quien vivía en la misma ciudad junto a su esposo, don Luís Estévez y Romero. La vendió en 100 000 pesos en oro, 80 000 por el inmueble y 20 mil por todo lo que tenía dentro, desde los caballos, adornos, vajillas, y hasta los cuadros, entre los que habían de prestigioso pintores como el cubano Leopoldo Romañach y el paisajista Esteban Chartrand.
La compró el señor el señor Frank Steinhart, primer cónsul norteamericano en la isla después de la intervención de 1898. Por cierto para los que vivimos alguna vez en Mariano o viven todavía allí, sepan que la avenida 45, al menos el tramo que va desde calle 100 hasta 124, llevó muchos años su apellido. Fue cónsul hasta 1907 y luego llegó a controlar gran parte del alumbrado capitalino con su empresa "Havana Electric Railway, Light & Power Company", y además incursionó en el negocio inmobiliario con "The Havana Realty Company" así como los tranvías de la Habana. De hecho uno de esos tranvías pasaba por la avenida 45 en Marianao, y retornaba en 124 de nuevo hacia la Habana.
Esta familia fue además propietaria de la finca La finca "Happy Hollow", con una extensión de 40 hectáreas, que se encontraba ubicada en San Francisco de Paula, en las afueras de La Habana y muy cerca de la finca Vigía del escritor norteamericano Ernest Hemingway. Sus descendientes vivieron en esa casa hasta el 1974, no sabemos si emigraron o murieron, pasando a manos del régimen que primero instaló allí la Dirección Provincial de Arquitectura y en 1988 una escuela primaria de educación especial.