HUIR DEL COMUNISMO: El reto más difícil de un Cubano (I)


El pasado domingo se cumplieron 33 años de un hecho muy triste, las autoridades españolas hallaban los cadáveres de dos polizones Cubanos que huían del Comunismo.

Con la fecha, nos viene primero al recuerdo lo sucedido en el año 1970, cuando otros dos chicos cubanos, Armando Socarrás y Jorge Pérez, habían planificado lo mismo, escapar de Cuba. Solo que en este caso el primero sí consiguió llegar a Madrid, desde la Habana, y lo logró escondiéndose en el compartimento del tren de aterrizaje de una nave DC-8 de la compañía Iberia.

Armando y Jorge se habían escondido previamente en unos arbustos próximos al fondo de la pista del aeropuerto José Martí, en la Habana, y en el momento en que el aparato se preparaba para dar la vuelta y coger impulso para despegar, ambos jóvenes, que llevaban los oídos protegidos con algodones, intentaron alcanzar su objetivo. Armando pudo escalar afortunadamente el compartimento izquierdo del aparato. Tenía tan solo 17 años.

Estuvo casi a punto de que las ruedas, ardiendo todavía de la fricción del despegue, le aplastaran contra el fondo del estrecho compartimento.

Arriba, en la cabina del vuelo 904, el Capitán Valentín Vara del Rey, de 44 años, había establecido la rutina de vuelo nocturno que finalizaría en ocho horas y 20 minutos hasta Barajas, Madrid capital. Sin embargo, en un momento del vuelo, el capitán decidió extender de nuevo las ruedas hacia fuera, debido a una señal roja que lo advertía. Por suerte, esa segunda vez si entraron correctamente en el espacio, y también por suerte, se lo achacaron a un incidente sin importancia.

Y luego de volar por espacio de 4.636 millas de distancia y más de ocho horas de duración.. José Rocha Lorenzana, un guardia de seguridad de la pista, fue el primero en descubrir la arrugada figura del cubano en el fondo de aquel hueco. “Cuando toqué sus ropas, estaban congeladas y tan endurecidas como si fueran de madera”, dijo Rocha. “Todo lo que hizo fue emitir un extraño gemido".

Socarrás recrea su fuga
"Al principio no podía creerlo”, explicó el piloto Vara del Rey y agregó: “Vi que tenía hielo sobre la nariz y la boca. Y su color…”. 

Mientras miraba al chico inconsciente siendo atado en un camión, el comandante pensaba para sí mismo: “¡Imposible! ¡Imposible!”. Desmayado, fue llevado al entonces "Gran Hospital de la Beneficencia", más tarde de la Universidad Autónoma, ubicado en el centro de Madrid.

"Cuando me tomaron la temperatura", dijo Armando, era tan baja que ni siquiera se registró en el termómetro. “¿Estoy en España?”, fue mi primera pregunta. Y después, ¿dónde está Jorge?. Nada se supo de este segundo polizón, al parecer nunca llegó a alcanzar su objetivo. Por su parte el doctor José María Pajares, quien lo atendió en el proceso, calificó la recuperación de Armando como un “milagro médico”.

Armando huía de ser reclutado al servicio militar obligatorio. Hoy vive en Virginia, en los E.E.U.U., pero no porque quiso, en realidad el régimen Cubano le estaba exigiendo al dictador Francisco Franco que lo deportara. Fue entonces que el gobierno de España decidió sacarlo del país. Agentes de la policía secreta lo enviaron a New jersey, en los Estados Unidos, según declaró después el protagonista. "En España dejé al amor de mi vida, una de las enfermeras que me atendió", dijo el afortunado polizón.


Pero hubo más...
(Véalo en la segunda parte).

Maldita Hemeroteca.

PD: Se cree que Jorge cayó del avión cuando intentaba trepar en el otro compartimento para las ruedas o, en cambio, acabó detenido. 
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