Figuró en el núcleo de los conspiradores matanceros que prepararon el levantamiento del 24 de febrero de 1895. Sin embargo quince años después se rebela de nuevo en la misma provincia en contra de su paisano, y mayor general del mismo ejercito que perteneció, Jose Miguel Gómez. Eran tiempos de cubanos con gatillo alegre.
Hablamos del brigadier Guillermo Acevedo Villamil, que en junio de 1896, siendo entonces teniente coronel, defendió el alijo de armas de la expedición que desembarcó por Playa de Camacho, en Varadero, al mando del coronel Ricardo Trujillo, con las que el general José Lacret Morlot enfrentó en Hato de Jicarita, Unión de Reyes, a los teniente coroneles españoles Aldea y Joaquín Brualla.
A propuesta del general Lacret y por su heroica conducta en esa acción, se le asciende a coronel y se le encarga la organización la brigada de infantería Sur de Matanzas. En este mando permanece hasta el mes de noviembre de ese mismo año, que el mayor general José María "Mayía" Rodríguez le llama para que integre su Estado Mayor en la jefatura del departamento militar de Occidente.
Precisamente es Mayía quien le asciende a general de brigada, con antigüedad del 24 de agosto de 1898, y con ese grado se licencia del Ejército Libertador. Pasa el gobierno interventor de los Estados Unidos, asciende al poder don Tomás Estrada Palma y, en su reelección, se le sublevan los liberales. Ocurre la segunda intervención del Army, se celebran nuevas elecciones, y triunfa el mayor general José Miguel Gómez.
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El capitán Amiel, de la Guardia Rural, ha enviado un telegrama al general Monteagudo, relatándole lo ocurrido en la finca "Alegría" según se lo contó la señora María Interan, esposa del desgraciado Naranjo. Los informes de dicho capitán concuerdan exactamente con nuestra narración.
Las fuerzas del Gobierno hacen una persecución muy activa á los alzados. Cerca de 150 guardias rurales divididos en pequeños grupos al mando de los capitanes Amiel y Pedroso, de los tenientes Ortiz y Llaca y de varios sargentos, van en su perseguimiento.
Toda la Sierra de Santa María del Rosario y la escalera de Jaruco se encuentra vigilada por la Guardia Rural. Espérase que de un momento á otro ocurra un encuentro entre la fuerza pública y los alzados ó que caigan estos en poder de la Guardia Rural. La persecución es tan activa, que difícilmente podrán evadirla.
El Gobierno dispone de medios para sofocar el movimiento; y de nuevo el implacable general José de Jesús Monteagudo, como hizo con los sublevados negros ese mismo año, también aplasta a los blancos. Le arrestan, lo procesan y lo encierran en una prisión por oponerse a la corruptela del tiburón Gómez. Entonces se intentó decir, que a lo mejor fue cierto, que aquel alzamiento en de Regla quería llamar la atención de Estados Unidos y provocar una nueva intervención en la isla.
Su muerte, en Febrero del año 1912, fue una verdadera desgracia. Por error, su hija colocó una lámpara -tipo quinqué- en la mesa de noche muy cerca de la manta que lo cubría, y que terminó por incendiarse provocándole graves quemaduras. Luego de una agonía de 21 días, el brigadier fallecía el 23 de febrero en medio de las discusiones legales en torno a su delito. Tenía apenas 49 años de edad. Fue sepultado en la necrópolis de Colón en la Habana.
Increíblemente la sala primera de lo criminal de la audiencia de La Habana le había condenado a 29 años y 182 días de prisión por haber encabezado aquella sublevación; y aunque muerto, una condena semejante le hubiera dejado machado su historial para siempre. Sin embargo el presidente Gómez le exoneró de culpas, y ordenó además que fuera sepultado con los honores militares propios de su jerarquía como general del ejercito libertador.
Solo agregar que su hermano, el coronel y masón Pedro Acevedo, fue también un patriota mambí que estuvo al mando del general Pedro Betancourt en 1895 primero, y luego 1896 integró el Escuadrón de Caballería “Habana” del General Rafael de Cárdenas, unidad al mando del lugarteniente general Antonio Maceo.
Finalizó la guerra con el grado de Coronel y 2do. Jefe del Regimiento de Infantería “Matanzas”, perteneciente a la 3ra. Brigada de la 1ra. División del 5to. Cuerpo de Ejército, bajo el mando del general Raimundo M. Ortega. Falleció en Matanzas, el 17 de noviembre de 1946. Bueno pues un nieto de Guillermo, sobrino nieto de Pedro, de nombre Armando Acevedo Arencibia, integró la brigada de asalto 2506 que invadió Playa Girón en 1961. Pertenecía a la unidad de infiltración 2505.
Maldita Hemeroteca
Finalizó la guerra con el grado de Coronel y 2do. Jefe del Regimiento de Infantería “Matanzas”, perteneciente a la 3ra. Brigada de la 1ra. División del 5to. Cuerpo de Ejército, bajo el mando del general Raimundo M. Ortega. Falleció en Matanzas, el 17 de noviembre de 1946. Bueno pues un nieto de Guillermo, sobrino nieto de Pedro, de nombre Armando Acevedo Arencibia, integró la brigada de asalto 2506 que invadió Playa Girón en 1961. Pertenecía a la unidad de infiltración 2505.
Maldita Hemeroteca